viernes, 29 de agosto de 2014

Joace G. Daniels G. - Homenaje a Jairo Ayola Gómez en el Club Unión

Palabras leidas en el Homenaje a
JAIRO AYOLA GÓMEZ
-Club Unión de Cartagena de Indias-
Joce G. Daniels G.

Un hermano puede no ser un amigo,
pero un amigo será siempre un hermano.
Demetrio Falero

Esta noche estimados y  queridos amigos, escritoras y escritores, en este recinto, no oficiarán la literatura y mucho menos la música, no será Melpómene, Erato, ni Calíope, y mucho menos Polimnia, o mejor ninguna de las nueve musas las que serán el epicentro de nuestro acto. No esta noche oficiará la amistad, la verdadera amistad, la que llevaba en el alma Jairo Ayola Gómez, esa amistad que aún la gente de nuestros campos, la lleva y da en el puño de la mano cuando saluda. Una amistad honesta, limpia, libre de toda mácula y sobre todo sincera. Ese fue el manto que a lo largo de su vida tuvo de ropaje nuestro amigo, poeta y narrador que no pudo vencer la lucha ni el juego de la guadaña de Cloto, la Parca.
Jairo Ayola Gómez, a quien no le gustaba que le escribieran Gé, sino Gómez, fue un personaje valioso para nuestra época, un personaje que sembró y dio ejemplo ante quienes le conocieron. Con él me unió una gran amistad en tiempos en que él andaba tras los efluvios divinos de una rosa mompoxina y yo para eso días estudiaba en la Universidad de Cartagena.
Con el tiempo, después de que él regresaba de época en época a la ciudad, pues sus estudios los hacía en Bogotá y nos encontrábamos en el Café Colombia o la Cafetería Sucre nos saludábamos con un abrazo fraterno de cariño, de amigos, de alegría de sinceridad. Me decía con esa voz Polifemo encantado: ¡Usted es hi hermano!  Y me daba tres palmadas en el rostro, símbolo de que su frase no era inocua. Fue lo que me dijo e hizo siempre.
Para Jairo el concepto de amistad era proverbial,  para él la amistad era como un especie de esos trozos de cuarzo que en las noches cuando Diana, la Luna, se amanceba con Erídano, y la anoche se vuelve oscura él lo resplandecía.
Esta noche lo recordamos y lo recordaremos siempre, tal como fue: un hombre conversador, amable, sincero pero sobre todo con una visión y un optimismo inconmensurable que creo que nunca expresó la palabra No.
 Para Jairo Nada era negativo, todo estaba dentro de las posibilidades de surgir, inclusive hasta la muerte.

Esta noche querido amigo, con el aprecio que le tenemos, con el cariño que se granjeó aquí en este lugar que lo veía cada día lleno de vida, como un roble enhiesto roble desafiando los avatares del tiempo, le hemos venido a tributar nuestro Homenaje Póstumo. Un Homenaje lleno de Poesía de música y naturalmente de cariño y de amistad.

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